En los años 90, cuando los disquetes de 3.5″ comenzaban a quedarse cortos en capacidad y las unidades de CD-R aún no eran una solución común de almacenamiento, apareció una alternativa: las unidades Zip de Iomega. Este dispositivo prometía mayor capacidad y velocidad, pero, a pesar de sus ventajas, tuvo una vida relativamente corta. ¿Por qué surgieron las unidades Zip? ¿Qué problemas tuvieron? ¿Y qué causó su desaparición?.
¿Qué eran las unidades Zip y quién las fabricó?
Las unidades Zip fueron lanzadas al mercado en el año 1994 por la empresa estadounidense Iomega. Se trataba de dispositivos de almacenamiento extraíble que usaban discos similares a disquetes, pero con mayor capacidad y velocidad. En su primera versión, los discos Zip tenían una capacidad de 100 MB, una mejora muy importante frente a los disquetes estándar de 1.44 MB. Posteriormente salieron al mercado modelos con capacidades de 250 MB y 750 MB. Se fabricaron versiones internas y externas.
¿Por qué fueron populares las unidades Zip?
La principal ventaja de una unidad Zip frente a los disquetes convencionales era su gran capacidad. En los años 90, cuando los archivos de programas, imágenes y documentos comenzaban a volverse más pesados, contar con una solución de almacenamiento accesible y transportable era una gran ventaja. Las unidades Zip también ofrecían tiempos de acceso más rápidos y una mayor fiabilidad que los disquetes convencionales.
Fueron populares en entornos empresariales, en el mundo del diseño gráfico y entre los usuarios que necesitaban hacer copias de seguridad de sus datos. Su precio, en la época y al cambio, rondaba entre los 170 y 215 euros la unidad y unos 17 euros cada disco Zip de 100 MB.
Problemas comunes en las unidades Zip
A pesar de su innovación, las unidades Zip no estuvieron exentas de problemas. Uno de los más conocidos fue el llamado “Click of Death” (clic de la muerte). Este fallo hacía que la unidad Zip produjera un sonido de clic repetitivo y dejara de leer o escribir datos, dañando en muchos casos el disco y provocando la pérdida de la información que hubiese dentro.
Además, aunque inicialmente ofrecían una ventaja de capacidad sobre los disquetes, pronto empezaron a enfrentarse a alternativas más económicas y con mejor rendimiento, como los CD-R y CD-RW, que ofrecían hasta 700 MB de almacenamiento por un precio menor.
Declive y desaparición
A medida que los CD grabables se hicieron más populares y las memorias USB comenzaron a abaratarse y aumentar su capacidad, la demanda de unidades Zip cayó rápidamente. Para principios de los 2000, las unidades Zip ya eran obsoletas para la mayoría de los usuarios. En el año 2003 Iomega redujo su producción hasta descontinuarlas por completo en los años siguientes.
Hoy en día, las unidades Zip son consideradas piezas vintage de la tecnológica y, en algunos casos, un objeto de colección. Sin embargo, su impacto en la evolución del almacenamiento fue innegable, y su breve pero interesante historia sigue siendo recordada por aquellos que las usaron en su momento.
Para concluir
Las unidades Zip de Iomega fueron una solución innovadora para una época, ofreciendo mayor capacidad y fiabilidad que los disquetes tradicionales. Sin embargo, problemas técnicos y la rápida evolución del almacenamiento digital hicieron que su tiempo en el mercado fuera limitado. A pesar de su desaparición, su legado sigue vivo como un testimonio de la rápida evolución de la tecnología.