En la actualidad, los ordenadores portátiles son parte fundamental de nuestras vidas, herramientas indispensables tanto para el trabajo como para el ocio. Sin embargo, la idea de tener un ordenador que pudiéramos llevar con nosotros era ciencia ficción en los primeros años de la informática. No fue hasta 1981 cuando este dispositivo cambió por completo el rumbo de la informática personal. Marcó el inicio de una era en la que la portabilidad se convertiría en uno de los factores claves para los usuarios de todo el mundo, el Osborne 1.
El inicio de una revolución: El Osborne 1.
El Osborne 1, lo creó Adam Osborne en el año 1981 y es considerado el primer ordenador portátil de la historia. Aunque las características y dimensiones del Osborne 1 son muy distintas a las de los portátiles que utilizamos hoy en día. Este equipo sentó las bases de lo que sería el futuro de la informática móvil.
Las características del primer portátil de la historia eran las siguientes:
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- Procesador: Z80 a 4 Mhz.
- Memoria: 64 Kb de RAM.
- Sistema operativo CP/M.
- Pantalla monocroma CRT de 5″ con una resolución de 24 líneas de 52 caracteres.
- Tenía 2 unidades 5.25″ y 184 Kb cada una.
- Pesaba 11 Kg.
- El teclado era separable, en la tapa de la caja.
- Tenía un puerto paralelo IEEE-488 y RS-232 para conectar un modem a 300 o 1200 bps.
- No tenía batería, se conectaba a la red eléctrica.
- Su precio de venta era de 1.795 dólares en 1985. Aproximadamente 6.400 dólares actuales.
- Estuvo en venta de 1981 a 1983. Se vendieron 125.000 uds. aproximadamente.
Con casi 11 kg, una pantalla de 5″ y sin batería, en la actualidad, nos parecería poco práctico. Sin embargo en su momento fue toda una revolución. Los ordenadores personales de la época eran muy grandes, caros y con poca posibilidad de moverlos. Adam Osborne tuvo la visión de crear un ordenador que pudiese ser transportado fácilmente y esto lo hizo particularmente popular entre los profesionales que necesitaban trabajar en distintos lugares, como vendedores o ejecutivos.
Fotos del Osborne 1.
Impacto en la industria tecnológica
Aunque el Osborne 1 no fue un éxito comercial a largo plazo, debido a que llegarían pronto competidores más avanzados, su lanzamiento marcó el inicio de una nueva tendencia en la industria tecnológica. La posibilidad de llevar una ordenador a todas partes se transformó en un concepto con un enorme potencial. Otras compañías no tardaron en seguir los pasos de Osborne, creando sus propios modelos de portátiles.
Una de las principales innovaciones que trajo el Osborne 1 fue el paquete de software incluido con la compra del portátil. Esto era algo inusual en la época. Este paquete ofrecía programas de utilidad como hojas de cálculo, procesadores de texto y bases de datos, lo que añadía un gran valor al producto. Los usuarios no solo adquirían un ordenador portátil, sino también herramientas con las que podían empezar a trabajar de inmediato.
Los retos y limitaciones del Osborne 1.
A pesar de ser pionero, el Osborne 1 se tuvo que enfrentar a desafíos técnicos y comerciales de la época. Uno de sus principales inconvenientes era su limitada capacidad gráfica. Al tener una pequeña pantalla 5″ solo podía mostrar 52 caracteres por línea, lo que dificultaba tareas como la edición de textos o moverse por los programas.
Aunque Osborne 1 se vendía o se promocionaba como portátil, con 11 Kg y su tamaño lo hacían que fuera más apropiado para el transporte en coche que para llevarlo bajo el brazo, como lo haríamos hoy con nuestros portátiles ultraligeros.
El mayor reto al que se enfrentó Osborne fue la competencia. Con el éxito inicial de su portátil, muchos fabricantes comenzaron a desarrollar modelos más ligeros y avanzados y eso provocó una disminución en las ventas de Osborne 1. Un gran error de de Osborne ocurrió cuando anunció con mucha anticipación que sacarían un modelo más avanzado. Esto llevó a la disminución drástica de ventas del modelo original y causó grandes problemas financieros que llevaron a la empresa a la quiebra en 1983. Esto se conoce como «Osborne Effect».
La evolución de los ordenadores portátiles.
A pesar del final desafortunado de Osborne Computer Corporation, la semilla de la informática portátil ya había sido plantada. En los siguientes años, empresas como IBM y Apple comenzaron a desarrollar sus propios portátiles, con mejoras significativas en el diseño, rendimiento y portabilidad.
Los dos sucesores más influyentes después del Osborne 1, fueron el Compaq Portable en 1982 y el IBM 5155 Portable Computer lanzado en 1984. El Compaq Portable fue el primer clon compatible con IBM PC. Ambos dispositivos fueron más avanzados que el Osborne 1, ofreciendo mayor capacidad de procesamiento, pantallas más grandes y diseños más compactos.
Ya a mediados de la década de 1990, el auge de la informática portátil había comenzado a cambiar drásticamente. Los portátiles se convirtieron en herramientas imprescindibles tanto en el ámbito empresarial como en el personal. Gracias a la introducción de las pantallas de cristal líquido (LCD), los portátiles se volvieron más ligeros y eficientes, permitiendo un mayor tiempo de uso sin necesidad de estar conectados a una fuente de energía fija.
De los inicios rudimentarios a la sofisticación actual.
Hoy en día, la evolución de los ordenadores portátiles ha alcanzado niveles impresionantes de sofisticación. Desde aquel primer ordenador portátil Osborne 1, con su limitada y pequeña pantalla, diseño voluminoso y gran peso, hemos llegado a dispositivos ultradelgados, con pantallas de alta resolución y capacidades de procesamiento que superan en miles de veces a los primeros modelos. Sin embargo, aunque los ordenadores portátiles de hoy son mucho más avanzados, no se puede subestimar la importancia histórica del Osborne 1 como el que inició una revolución tecnológica en el mundo de los portátiles.